Se espera que sus ingresos sean menores a los que reciben otros soberanos que abdicaron recientemente.
Tras anunciar oficialmente su abdicación
en favor de su hijo el Príncipe Felipe de Borbón, el rey Juan Carlos I
de España tendrá con toda probabilidad una disminución significativa en
sus ingresos económicos, a juzgar por lo ocurrido en el caso de otros
monarcas europeos que cedieron la corona a sus herederos.
La reina Beatriz de Holanda pasó de
administrar más de 53 millones de dólares de gastos de la corona a una
pensión de 1,4 millones de euros anuales para ella y su personal
directo. Es un caso similar al de Alberto de Suecia, quien luego de
abandonar el trono redujo sus ingresos de 11,3 millones de euros a un
monto de 880 mil euros al año. Según indica el portal MarketWatch, esto
llevó al retirado rey sueco a pedir una ayuda al parlamento para el
mantenimiento de un castillo y un yate, solicitud que fue negada por el
cuerpo legislativo.
En el caso del rey Juan Carlos, en medio
de una prolongada recesión que ha afectado a la economía española con
particular énfasis en el incremento de las cifras de desempleo, las
cifras son bastante más modestas. El presupuesto de la Casa Real
española, que cubre los gastos de familiares y de un personal de más de
500 empleados, es de ocho millones de euros anuales aproximadamente.
Si el parlamento español opta por la
fórmula de reducir en 90% sus ingresos, se encontrará con una pensión
mensual de aproximadamente 2.500 euros, similar a la que devenga el Papa
emérito Benedicto XVI, otro caso de un soberano que optó por dejar de
lado un cargo vitalicio.