Joaquín Ortega
Nace una estrella
La leyenda de un terrorista eficiente nació, tal vez, en la solazada imaginación de un anónimo analista de inteligencia. Los servicios secretos norteamericanos, franceses, alemanes e ingleses –nunca responsables de alguna paternidad- le dieron el rostro necesario a una guerra incomprensible -la de la causa árabe- a la opinión pública de entonces. Las versiones finales parecían indicar que un fracasado y mitómano revolucionario profesional -y bon vivant a toda ley- se convirtió, por obra y gracia de una política mediática, en la estrella del mal más rutilante de los años setenta europeos.
A pesar, de manifestarse oficialmente que fue debido al desliz de una comisión de la policía –un agente dice haber “hallado” el texto de Forsyth, entre las pertenencias de Carlos, durante una redada absolutamente casual, y de allí “pasó” el hecho a la prensa- no han sido son pocas las veces, que han puesto palabras en boca del nativo de los Andes venezolanos -¿o más bien caraqueño?- acerca de la razón por la que adoptó ese remoquete.
Un nombre una razón
Tribuna Popular, Combatiente, Ruptura, ¡Argimiro Vive! y media docena de pasquines intermitentes o inquebrantables de la izquierda venezolana o caribeña, daban por cierta, toda una estrategia que emanaba de lo más granado del Politburó del impecable Partido Comunista Soviético, siempre en perfecta sincronía, con éste venezolano periférico, pero sobre todo tocado de un perfeccionismo estratégico, ora enviado, ora combatido, por los mejores soldados del mundo. Tal estrategia, no podía ir desaparejada de la elección de un nombre de resonancias novelescas o de repercusiones milenaristas, al ser un animal que se alimentaba, ineluctablemente de un sistema político y económico, ya en franca decadencia. Así que para muchos, “El Chacal”, no podía ser un nombre casual.
¿Un novelista novelado?
Frederick Forsyth uno de los novelistas más eficientes del mundo del Best Seller internacional, escribió en 1971 The Day of The Jackal. Dicha ficción sería el mármol inicial de donde se extraería la primera roca, hecha película y bajo el mismo nombre. El actor encargado para darle vida a Carlos era un rubio y muy británico Edward Fox, el objetivo de éste Hitman, contratado por el terrorismo francés era el mismísimo General Charles De Gaulle. El medio de realización de la encomienda, el cañón de un rifle. El director, el incunable Fred Zinnemamm.
Si bien, en el texto y en el film se le da un sentido seductor a éste treintón -que cambia de color de cabello a veces hasta dos veces por capítulo- no hay que dejar de lado, que la principal belleza del libro radica en su acercamiento al misterio que envuelven las acciones, es una narración construida bajo el canon del crimen y la novela policial. Los capítulos se dividen en “anatomías”, lo que imprime en la imaginación de los lectores más atentos, la idea de una salud pública y de una descomposición en el orden moral o social.
Como nota casual sólo Carlos, habitando y apareciendo dentro y fuera de su cajón literario, comparte junto a Joseph Mengele, el honor de haber sido asesinado siempre en libros, más nunca en la vida real.
Las versiones
Las dos principales versiones para cine The Day of The Jackal (Zinnemamm 1973) y The Jackal (Caton-Jones, 1997) comparten temas comunes: la misión del Chacal enfocada en un magnicidio; la pertinaz persecución del asesino por equipos de búsqueda internacional; la vida entre actos que lleva éste Moriarty –recordemos a la némesis de Sherlock Holmes- evidentemente renovado, maestro de la ilusión, de las comunicaciones seguras, de la confección de puentes humanos; en fin, todo un padre inaudito y eficiente de los Smokes and Mirrors.
The Jackal (Caton-Jones 1997), con un poco feliz Bruce Willis como Carlos, con un simplísimo Richard Gere y con un excepcional -y para nada desperdiciado Action Hero- Sidney Poitier, redescubren la senda de víctimas que deja Carlos a su paso. El frío táctico que refleja el libro de Forsyth y la película de Zinnemamm de 1973, da paso a una mirada que se detiene en el desempeño de una suerte de soldado amoral, desbarnizado de ideología, más ocupado en pensar bajo cuál nueva careta instalarse, y en especial, afanado en cómo silenciar mejor a sus proveedores de armas y pasaportes, en lugar de darle un sentido simbólico a sus actos.
Por otro lado, sin demérito alguno, The Day of The Jackal (Zinemman, 1973) se mueve dentro de cierta ingenuidad, propia de la época, pero calcula sin tremendismos los arcos argumentales y las piezas del ajedrez que recorren los personajes; facilitándole al espectador, un gozo en la angustia, favoreciendo todo un regodeo dramático, a partir de una cinematografía de grandes planos, henchida en detalles que recuerdan a la guerra fría como lo que fue: una realidad y no una exageración de cafetín. Los nombres relacionados con líderes políticos reales del momento: Rafael Leonidas Trujillo o Patricio Lumumba, nunca quedan ocultos y el contexto histórico vibraba en referencias reales.
Cannes 2010
Bajo una historia dibujada para la televisión, pero estrenada en Cannes, la trilogía francesa Carlos (Olivier Assayas, 2010) prorrumpe con un puntual Edgar Ramírez a la cabeza. El joven actor, aparece emparentado -de múltiples formas: vía ficción, vía ¿apellido? y vía libresca- con dos personajes. Uno de ellos, producto directo del imaginario del Chacal original en el mundo literario. Hablamos del eficiente Jason Bourne –entroncado, inevitablemente al calco de sus iniciales “JB” con el más famoso de los agentes contemporáneos del siglo XX: James Bond-. El otro personaje, resulta ser el mismísimo Illich Ramírez Sánchez, de quien se rumoró hasta relaciones verdaderamente cercanas de consanguinidad.
En esta nueva versión francesa de la historia hemos de comenzar por un comentario extra fílmico, si de verdad algo atrapa en esta producción es su página web - http://carlos.canalplus.fr/?nav=1 - todo un modelo de detalles, buen gusto e información sobre temas de producción, participación actoral, elección de locaciones, construcción de argumentos e hilvanado de tramas. Chacal Le Site, resulta ser el mejor mapa para entender el contexto de los atentados, y los pasos que trajina el personaje, desde los primeros atentados, hasta la cárcel de La Santé.
¿La veremos?
Carlos (Assayans, 2010) se ofrece como una trilogía, exhibida a su vez, como miniserie con fechas restringidas internacionales de exhibición. Los derechos para su estreno en Venezuela, aún no están claros, pero Canal Plus ha sido distribuido anteriormente en tratos específicos para Latinoamérica, tanto por cable como por señal abierta. Esperemos por un estreno con todas las de la ley o por su versión en DVD para disfrute hogareño.
Acto final
Como dato curioso, jamás Illich Ramírez Sánchez se había pronunciado ante ninguna de las versiones fílmicas, televisivas o literarias que se le transfirieron a su nombre, o a partir de su propia vida temeraria; vida para nada ajena a los ajetreos de otros soldados de fortuna venezolanos -viene inmediatamente al recuerdo nuestro Rafael de Nogales Méndez, luchador al lado de César Augusto Sandino o a favor del imperio Otomano- es por ello, que resulta digno de atención la carta que le enviara Illich, desde su prisión a Edgar Ramírez y cuyo párrafos finales rezan así:
“¿Por qué, Edgar, aceptas el (sic) distorsionar la verdad histórica? ¿Por qué te prestas a la propaganda contra-revolucionaria difamando al más famoso de los Ramírez? Yo me mantengo en firme, intransigente sobre los principios transmitidos por mi padre, y renuncio a venderme a un imperio decadente. Edgar, no dejes que la gloria efímera, el caldo de Hollywood te haga girar la cabeza. El renombre mediático es algo pasajero. No se puede sustituir por el respeto, el honor, la realidad.
¡Viva nuestra Venezuela Bolivariana!
¡Viva nuestra Tierra Santa de Palestina!
Dios es el más grande”
Bruce Willis, Edward Fox, Edgar Ramírez son al menos tres estrellas, que en tiempos distintos llevaron sobre sus hombros, la tarea de replicar el extraño brillo de un hombre de acción, que será mito, realidad y “renombre mediático”, tantas veces como él lo desee u otros se lo propongan.
La leyenda de un terrorista eficiente nació, tal vez, en la solazada imaginación de un anónimo analista de inteligencia. Los servicios secretos norteamericanos, franceses, alemanes e ingleses –nunca responsables de alguna paternidad- le dieron el rostro necesario a una guerra incomprensible -la de la causa árabe- a la opinión pública de entonces. Las versiones finales parecían indicar que un fracasado y mitómano revolucionario profesional -y bon vivant a toda ley- se convirtió, por obra y gracia de una política mediática, en la estrella del mal más rutilante de los años setenta europeos.
A pesar, de manifestarse oficialmente que fue debido al desliz de una comisión de la policía –un agente dice haber “hallado” el texto de Forsyth, entre las pertenencias de Carlos, durante una redada absolutamente casual, y de allí “pasó” el hecho a la prensa- no han sido son pocas las veces, que han puesto palabras en boca del nativo de los Andes venezolanos -¿o más bien caraqueño?- acerca de la razón por la que adoptó ese remoquete.
Un nombre una razón
Tribuna Popular, Combatiente, Ruptura, ¡Argimiro Vive! y media docena de pasquines intermitentes o inquebrantables de la izquierda venezolana o caribeña, daban por cierta, toda una estrategia que emanaba de lo más granado del Politburó del impecable Partido Comunista Soviético, siempre en perfecta sincronía, con éste venezolano periférico, pero sobre todo tocado de un perfeccionismo estratégico, ora enviado, ora combatido, por los mejores soldados del mundo. Tal estrategia, no podía ir desaparejada de la elección de un nombre de resonancias novelescas o de repercusiones milenaristas, al ser un animal que se alimentaba, ineluctablemente de un sistema político y económico, ya en franca decadencia. Así que para muchos, “El Chacal”, no podía ser un nombre casual.
¿Un novelista novelado?
Frederick Forsyth uno de los novelistas más eficientes del mundo del Best Seller internacional, escribió en 1971 The Day of The Jackal. Dicha ficción sería el mármol inicial de donde se extraería la primera roca, hecha película y bajo el mismo nombre. El actor encargado para darle vida a Carlos era un rubio y muy británico Edward Fox, el objetivo de éste Hitman, contratado por el terrorismo francés era el mismísimo General Charles De Gaulle. El medio de realización de la encomienda, el cañón de un rifle. El director, el incunable Fred Zinnemamm.
Si bien, en el texto y en el film se le da un sentido seductor a éste treintón -que cambia de color de cabello a veces hasta dos veces por capítulo- no hay que dejar de lado, que la principal belleza del libro radica en su acercamiento al misterio que envuelven las acciones, es una narración construida bajo el canon del crimen y la novela policial. Los capítulos se dividen en “anatomías”, lo que imprime en la imaginación de los lectores más atentos, la idea de una salud pública y de una descomposición en el orden moral o social.
Como nota casual sólo Carlos, habitando y apareciendo dentro y fuera de su cajón literario, comparte junto a Joseph Mengele, el honor de haber sido asesinado siempre en libros, más nunca en la vida real.
Las versiones
Las dos principales versiones para cine The Day of The Jackal (Zinnemamm 1973) y The Jackal (Caton-Jones, 1997) comparten temas comunes: la misión del Chacal enfocada en un magnicidio; la pertinaz persecución del asesino por equipos de búsqueda internacional; la vida entre actos que lleva éste Moriarty –recordemos a la némesis de Sherlock Holmes- evidentemente renovado, maestro de la ilusión, de las comunicaciones seguras, de la confección de puentes humanos; en fin, todo un padre inaudito y eficiente de los Smokes and Mirrors.
The Jackal (Caton-Jones 1997), con un poco feliz Bruce Willis como Carlos, con un simplísimo Richard Gere y con un excepcional -y para nada desperdiciado Action Hero- Sidney Poitier, redescubren la senda de víctimas que deja Carlos a su paso. El frío táctico que refleja el libro de Forsyth y la película de Zinnemamm de 1973, da paso a una mirada que se detiene en el desempeño de una suerte de soldado amoral, desbarnizado de ideología, más ocupado en pensar bajo cuál nueva careta instalarse, y en especial, afanado en cómo silenciar mejor a sus proveedores de armas y pasaportes, en lugar de darle un sentido simbólico a sus actos.
Por otro lado, sin demérito alguno, The Day of The Jackal (Zinemman, 1973) se mueve dentro de cierta ingenuidad, propia de la época, pero calcula sin tremendismos los arcos argumentales y las piezas del ajedrez que recorren los personajes; facilitándole al espectador, un gozo en la angustia, favoreciendo todo un regodeo dramático, a partir de una cinematografía de grandes planos, henchida en detalles que recuerdan a la guerra fría como lo que fue: una realidad y no una exageración de cafetín. Los nombres relacionados con líderes políticos reales del momento: Rafael Leonidas Trujillo o Patricio Lumumba, nunca quedan ocultos y el contexto histórico vibraba en referencias reales.
Cannes 2010
Bajo una historia dibujada para la televisión, pero estrenada en Cannes, la trilogía francesa Carlos (Olivier Assayas, 2010) prorrumpe con un puntual Edgar Ramírez a la cabeza. El joven actor, aparece emparentado -de múltiples formas: vía ficción, vía ¿apellido? y vía libresca- con dos personajes. Uno de ellos, producto directo del imaginario del Chacal original en el mundo literario. Hablamos del eficiente Jason Bourne –entroncado, inevitablemente al calco de sus iniciales “JB” con el más famoso de los agentes contemporáneos del siglo XX: James Bond-. El otro personaje, resulta ser el mismísimo Illich Ramírez Sánchez, de quien se rumoró hasta relaciones verdaderamente cercanas de consanguinidad.
En esta nueva versión francesa de la historia hemos de comenzar por un comentario extra fílmico, si de verdad algo atrapa en esta producción es su página web - http://carlos.canalplus.fr/?nav=1 - todo un modelo de detalles, buen gusto e información sobre temas de producción, participación actoral, elección de locaciones, construcción de argumentos e hilvanado de tramas. Chacal Le Site, resulta ser el mejor mapa para entender el contexto de los atentados, y los pasos que trajina el personaje, desde los primeros atentados, hasta la cárcel de La Santé.
¿La veremos?
Carlos (Assayans, 2010) se ofrece como una trilogía, exhibida a su vez, como miniserie con fechas restringidas internacionales de exhibición. Los derechos para su estreno en Venezuela, aún no están claros, pero Canal Plus ha sido distribuido anteriormente en tratos específicos para Latinoamérica, tanto por cable como por señal abierta. Esperemos por un estreno con todas las de la ley o por su versión en DVD para disfrute hogareño.
Acto final
Como dato curioso, jamás Illich Ramírez Sánchez se había pronunciado ante ninguna de las versiones fílmicas, televisivas o literarias que se le transfirieron a su nombre, o a partir de su propia vida temeraria; vida para nada ajena a los ajetreos de otros soldados de fortuna venezolanos -viene inmediatamente al recuerdo nuestro Rafael de Nogales Méndez, luchador al lado de César Augusto Sandino o a favor del imperio Otomano- es por ello, que resulta digno de atención la carta que le enviara Illich, desde su prisión a Edgar Ramírez y cuyo párrafos finales rezan así:
“¿Por qué, Edgar, aceptas el (sic) distorsionar la verdad histórica? ¿Por qué te prestas a la propaganda contra-revolucionaria difamando al más famoso de los Ramírez? Yo me mantengo en firme, intransigente sobre los principios transmitidos por mi padre, y renuncio a venderme a un imperio decadente. Edgar, no dejes que la gloria efímera, el caldo de Hollywood te haga girar la cabeza. El renombre mediático es algo pasajero. No se puede sustituir por el respeto, el honor, la realidad.
¡Viva nuestra Venezuela Bolivariana!
¡Viva nuestra Tierra Santa de Palestina!
Dios es el más grande”
Bruce Willis, Edward Fox, Edgar Ramírez son al menos tres estrellas, que en tiempos distintos llevaron sobre sus hombros, la tarea de replicar el extraño brillo de un hombre de acción, que será mito, realidad y “renombre mediático”, tantas veces como él lo desee u otros se lo propongan.
1 comentario:
Saludos y gracias por leerme
Joaquin Ortega
www.joaquinortegascripts.blogspot.com
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