Albert Einstein, que tanto se adelantó a su tiempo
al desarrollar una teoría que revolucionó el mundo y el pensamiento
filosófico, por otro lado, era una persona que, a pesar de que sabía que
la mayor parte de los fenómenos físicos se puede explicar, era
consciente de que no podía comprenderlo todo. Mantuvo su corazón y su
mente abiertos, reverenciando también las cosas que no podía colocar en
ecuaciones matemáticas.
Einstein no era un hombre religioso, pero tenía un profundo respeto por la vida y por el ser humano.
En el mundo de hoy, cuando la gente tiene explicaciones para todo y
ridiculiza cualquier tema que no cuadre dentro del pequeño universo que
ha creado, vale la pena recordar algunas de las palabras del mayor y más
importante científico del siglo XX:
Nada sucede porque sí: “Dios no juega a los dados con el Universo”.
Los mediocres son siempre críticos:
“Los espíritus generosos, al buscar un camino diferente y utilizar su
inteligencia con valor y honestidad, siempre encontrarán una oposición
feroz por parte de las mentes mediocres. Pero la imaginación es más
importante que la cultura, porque el hombre que sólo es culto, termina
rodeado de límites, mientras que la imaginación puede dar la vuelta al
mundo”.
Respeto al misterio:
“El sentimiento más importante y más bello que el hombre puede
experimentar es su respeto al misterio; éste es la fuente de todo el
arte y la ciencia. Quien no puede contemplar el mundo así, tiene los
ojos cerrados”.
Ciencia y religión:
“La religiosidad cósmica es la más fuerte y la más poderosa de todas
las herramientas de investigación científica. La ciencia sin religión
está incompleta, y la religión sin ciencia es ciega. Todas las
religiones, artes o ciencias, son frutos del mismo árbol, cuya única
aspiración es hacer más digna la vida del hombre, o sea, permitir que el
individuo se eleve por encima de la simple existencia física y sea
libre”.
Dejar espacio a la improvisación:
“Si las leyes de la matemática quieren ser la base de la realidad,
entonces no pueden ser fijas. Si las leyes de la matemática son fijas,
entonces no están basadas en la realidad. Si yo supiese exactamente a
dónde quiero llegar, no podría llamarlo “investigación”, ¿no es cierto?
Sobre su mayor descubrimiento:
“A veces me pregunto cómo llegué a la teoría de la relatividad: creo
que una persona normal nunca deja de pensar en términos de espacio y
tiempo, pero como mi desarrollo intelectual fue lento y atrasado, sólo
empecé a pensar en esos términos cuando ya era casi un adulto. ¿Cómo
podría explicar mi teoría de una manera más simple? Pon tu mano sobre
una placa caliente durante un minuto, y te parecerá una hora. Siéntate
junto a una chica hermosa durante una hora, y te parecerá un minuto: he
ahí la teoría de la relatividad”.
La muerte es el demonio:
“El más tonto de todos los temores es el miedo a morir, ya que con
los muertos nunca puede pasar nada malo. Y el peor castigo del demonio
fue hacernos pagar un alto precio por todo lo bueno que ofrece la vida: o
bien es malo para la salud, o hace que nos torturemos el alma, o
engorda”.
Paulo Coelho
Ilustración Vanessa Balleza
Traducción Juan Campbell-Rodger
Todo en domingo
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