lunes, 1 de diciembre de 2008

La conexión venezolana en el caso del maletín

El periodista Gerardo Reyes hizo hace poco un detallado análisis de la conexión venezolana del caso del maletín. Lo hace basado en toda la información que surgió durante el juicio en contra de Franklin Durán, incluyendo las 13 denuncias de corrupción y pago de sobornos a altos funcionarios del gobierno venezolana que dio a conocer Carlos Kauffmann bajo juramento y que explicarían que haya podido amasar una fortuna superior a los 100 millones de dólares.

Dice Reyes que "pocas veces en la historia de los escándalos de corrupción de América Latina se habían conocido tantos detalles de una presunta operación de sobornos, comisiones y tráfico de influencias contados por los protagonistas bajo juramento, con nombres y apellidos."

La conexión venezolana la forman 20 venezolanos quienes habrían recibido sobornos y/o habrían participado en la operación para acallar el origen y destino de los casi 800 mil dólares que le fueron incautados a Alejandro Antonini la madrugada del 4 de agosto de 2007.

Ellos son: Tobias Nóbrega (ex ministro de Finanzas), Jesús Bermúdez (ex Viceministro de Finanzas), Lenín Aguilera (ex asesor del ministro), Alejandro Dopazo (Director de Crédito Público del Ministerio de Finanzas), Víctor José Medina, Orestes Arellano y Oscar Silva (hombres cables de la GN), Julio Rivas (Funcionario de la sección de finanzas del Ministerio de Educación, fallecido), Johnny Yánez Rangel (gobernador de Cojedes), Felipe Rodríguez (segundo al mando de la gobernación de Cojedes), Antonio Rodríguez San Juan (gobernador del estado Vargas), el presidente Hugo Chávez (al tanto de la operación de encubrimiento), Moisés Maionica (preso en Miami), Rafael Ramírez (ministro de energía y presidente de PDVSA), ex vicepresidente Jorge Rodríguez (seguía de cerca la conducta de Antonini), Tarek El Aissami (uno de los funcionarios venezolanos más mencionados en el juicio), Henry Rangel Silva (Director de la DISIP), Nicolás Rossini (abogado contratado por el gobierno venezolano), José Bracamonte (su participación fue fundamental para lograr que Maionica se reuniese en Miami con Antonini); Antonio José Canchica Gómez (Militar de los servicios de inteligencia de Venezuela especializado en comunicaciones. Tiene orden de captura en Miami) y Pedro Durán (hermano de Franklin, considerado un contacto del gobierno de Estados Unidos con el de Venezuela).

Lea a continuación el trabajo

El Valijagate: la conexión venezolana

GERARDO REYES
El Nuevo Herald


Pocas veces en la historia de los escándalos de corrupción de América Latina se habían conocido tantos detalles de una presunta operación de sobornos, comisiones y tráfico de influencias contados por los protagonistas bajo juramento, con nombres y apellidos.

El juicio al empresario Franklin Durán, condenado el pasado lunes por un jurado federal de Miami, fue una de esas raras oportunidades de conocer las intimidades de una empresa de amigos y socios cuyo éxito dependía principalmente de una eficiente maquinaria de corrupción a todos los niveles dentro del gobierno de Venezuela.

Durán fue hallado culpable de actuar ilegalmente como agente del gobierno de Venezuela y de conspirar para mantener en silencio al empresario venezolanoe estadounidense Alejandro Antonini en torno al origen y el destino de $800,000 que le fueron confiscados a éste en Argentina en agosto del año pasado.

Su nombre es Carlos Kauffmann, testigo del gobierno de Estados Unidos en el juicio a Durán. Kaufffmann, un empresario de 37 años, fanático de los aviones y los carros, relató sin pudor cómo amasó una fortuna de más de $100 millones en negociaciones ilícitas con entidades del gobierno.

En una sociedad con Durán que invertía y distribuía los ingresos por mitades a través de empresas de nombres lácteos (Leche Inc. Milk, Klim, etc), los socios se conviertieron en la pareja de empresario "boliburgueses'' más prospera de la sociedad venezolana.

"Es algo común en mi país'', afirmó el empresario cuando explicó que pagaba sobornos a funcionarios de la estatal petrolera PDVSA a fin de que le dieran prioridad en la venta de materia prima para su empresa de lubricantes Venoco.

Las maniobras descritas por Kauffmann no son exclusivas del gobierno del presidente Chávez y tampoco es la primera vez que Miami está en el mapa de los escándalos de corrupción de Venezuela.

Kauffmann y Durán sacaron provecho de esta crisis. Se la ingeniaron para que los directivos del Fondo de Garantías de Depósitos (FOGADE) institución gubernamental que se creó para administrar los bancos en quiebra, confiaran en ellos para que depositaran en bancos comerciales los dineros que se recaudaban y los remanentes de la crisis. Por esta operación los empresarios recibían una comisión de los bancos que luego compartían, en forma de soborno, con funcionarios de FOGADE, según declaró Kauffmann.

La credibilidad de Kauffmann fue atacada varias veces por el abogado de Durán, Ed Shohat. Según el abogado, Kauffmann declaró lo que la fiscalía quizo escuchar y así cumplió con dos objetivos de Estados Unidos que podrían atenuar su pena: enlodar al gobierno del presidente Chávez y demostrar que Durán actuó como agente de Venezuela para continuar disfrutando de ese paraíso de poder y contratos millonarios.

Kauffmann afrontaba los mismos cargos de Durán, pero en marzo de este año se declaró culpable y decidió cooperar con el fiscal Tom Mulvihill. La decisión se produjo luego de que el FBI descubrió que el empresario estaba fraguando una falsedad documental para que su esposa obtuviera una visa de trabajo en Estados Unidos.

Abogados y fiscales aportaron al proceso cientos de estados de cuentas de Kauffmann y Durán en bancos de Estados Unidos, pero éstos no fueron usados como pruebas durante el juicio lo que impidió que los medios conocieran sus movimientos y los nombres de los beneficiarios.

De revelarse el contenido de esos documentos sería posible precisar las dimensiones de los alegatos de corrupción.

Kauffmann explicó que en la sociedad con su amigo Durán, él respondía por los asuntos financieros y Durán por las 0contrataciones con el gobierno

Los personajes aparecen con los cargos que ocupaban al momento de los hechos.

Estos son:

Tobías Nóbrega- Ministro de finanzas. Kauffmann dijo que inicialmente él y Durán le pagaron $1 millón por haber aprobado la compra de un edificio para el ministerio a un precio ($9.5 millones) que doblaba el valor por el que ambos empresarios lo compraron. Funcionarios del ministerio ayudaron a los empresarios a restructurar un paquete de bonos de deuda pública que recibieron como parte de pago del edificio que anteriormente pertenecía al Citibank. Con esa operación el valor de los bonos se multiplicó.

Kauffmann explicó que gran parte de las ganancias de esta compraventa se invirtieron en el pago de sobornos por $4.5 millones al "equipo del ministerio'', incluido Nóbrega. Pero no lo consideró una pérdida porque ese negocio fue el preámbulo de otra operación mucha más lucrativa relacionada con la reestructuración de bonos. En esta segunda operación obtuvieron $100 millones de ganancias, suma de la cual pagaron sobornos por $25 millones a Tobías y los demás miembros del equipo entre los años 2002 y 2005.

Jesús Bermúdez- Viceministro de Finanzas. En febrero de 2005, después de dejar su cargo, fue condenado en la corte federal por estructurar una operación ilegal de introducción de dinero en efectivo a Estados Unidos. Cumplió una condena y firmó un acuerdo de cooperación con la fiscalía. Los bonos restructurados a favor de los Kauffmann y Durán fueron bautizados con su apellido "Los bonos Bermúdez'', según Kauffmann. Recibió sobornos por su participación en esa operación, agregó el empresario.

Lenín Aguilera- Asesor del ministro. Fue parte del equipo del ministerio que trabajó con los empresarios y recibió también sobornos por su participación en la reestructuración de los bonos. Cuando Shohat le preguntó a Kauffmann en una audiencia del juicio cómo se deletreaba el nombre de Aguilera, le respondió: "Franklin lo sabe perfectamente, pregúnteselo a él que está ahí''.

Alejandro Dopazo- Director de Crédito Público del Ministerio de Finanzas. Dopazo también participó en la operación de la reestructuración de bonos que se derivó del negocio del edificio del Citibank y por ello recibió sobornos, aseguro Kauffmann. A diferencia de los otros tres funcionarios (Nóbrega, Bermúdez y Aguilera), que aceptaron $1 millón cada uno, Dopazo exigió $1.5 millones. ‘‘El pidió un poquito más, si no le pagábamos el negocio no se podía hacer'', explicó Kauffmann

Víctor José Medina, Orestes Arellano y Oscar Silva- Kauffmann identificó a estos oficiales de la Guardia Nacional (GN) como sus hombres claves en los negocios que mantuvieron con esa entidad entre 1998 y 2001. "Ellos eran los encargados de las compras y la finanzas'', declaró Kauffmann. La GN se convirtió en la puerta de entrada de Kauffmann y Durán al sector oficial de Venezuela. En esta entidad la confianza llegó a tal nivel que los oficiales les confiaron a los empresarios los dineros que recibían de sobornos para que los invirtieran en lo que consideraran más rentable o conveniente, explicó Kauffmann. Por el manejo de las inversiones cobraban 10 por ciento del monto confiado a ellos.

Fuente: Noticiero Digital

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