Más de 200 personas acuden a diario al Instituto de Biomedicina del Hospital Vargas para saber más sobre la autovacuna para el tratamiento del cáncer, desarrollada por el Dr. Jacinto Convit, y que se encuentra aún en fase experimental.
Y es que en los últimos tres años, en el instituto, (adscrito al Ministerio para la Salud/Universidad Central de Venezuela), que dirige el Dr. Convit, se ha venido evaluando un pequeño grupo de pacientes, en su mayoría mujeres con cáncer de seno y algunos de cáncer de colon, estómago y cerebro. Con su consentimiento previo, se les ha aplicado este modelo experimental de inmunoterapia, que es gratuito para el paciente.
Es una autovacuna, porque su elaboración requiere al menos un gramo del material tumoral del paciente, el cual se mezcla con BCG y formalina, explican María Argelia Polagre y Ángela Ávila, "las manos del Dr. Convit", acerca de la técnica utilizada en el laboratorio de Producción de vacunas del Instituto.
"Nos llevó mucho tiempo porque se tuvo que probar las diferentes concentraciones, se trabajó en animales hasta llegar a la inmunoterapia que se elabora en media hora, tras descongelar el material tumoral que se guarda a 80°C bajo cero de temperatura", dijeron.
Los efectos están relacionados con el estado del sistema inmunológico del paciente. Si la persona vacunada no cuenta con un sistema inmune adecuado, la vacunación queda sin efecto. Por ello, se debe pasar por un período de selección. Se hace una prueba al paciente, previa a la aplicación de la autovacuna, para evaluar su estado inmunológico y determinar si es candidato a ella.
Su acción es curativa y no preventiva. Actúa sobre la enfermedad, estimulando o potenciando el sistema inmune, el cual se encargaría de detectar las células cancerígenas y destruirlas. No hay efectos secundarios. Lo único es una inflamación local y un poco de fiebre o dolor de cabeza al siguiente día de su aplicación.
Es una inmunoterapia que está siendo evaluada, por lo que se requiere de un seguimiento estricto del paciente, tanto por el grupo del Instituto como por el oncólogo tratante. Se verificarán los resultados a mediano y largo plazo, para determinar su efectividad.
Hasta ahora ha mostrado resultados alentadores para tratar los cánceres señalados. Por ello, se busca incentivar a la comunidad médica a sumar voluntades para continuar este estudio. Sin embargo, el Dr. Convit se ha quedado solo en este proyecto. Los oncólogos que forman parte de su equipo de trabajo se han ido. Las nietas del Dr. Convit colaboran con él en la atención a estas personas.
MIRIAM MORILLO / ULTIMAS NOTICIAS
Y es que en los últimos tres años, en el instituto, (adscrito al Ministerio para la Salud/Universidad Central de Venezuela), que dirige el Dr. Convit, se ha venido evaluando un pequeño grupo de pacientes, en su mayoría mujeres con cáncer de seno y algunos de cáncer de colon, estómago y cerebro. Con su consentimiento previo, se les ha aplicado este modelo experimental de inmunoterapia, que es gratuito para el paciente.
Es una autovacuna, porque su elaboración requiere al menos un gramo del material tumoral del paciente, el cual se mezcla con BCG y formalina, explican María Argelia Polagre y Ángela Ávila, "las manos del Dr. Convit", acerca de la técnica utilizada en el laboratorio de Producción de vacunas del Instituto.
"Nos llevó mucho tiempo porque se tuvo que probar las diferentes concentraciones, se trabajó en animales hasta llegar a la inmunoterapia que se elabora en media hora, tras descongelar el material tumoral que se guarda a 80°C bajo cero de temperatura", dijeron.
Los efectos están relacionados con el estado del sistema inmunológico del paciente. Si la persona vacunada no cuenta con un sistema inmune adecuado, la vacunación queda sin efecto. Por ello, se debe pasar por un período de selección. Se hace una prueba al paciente, previa a la aplicación de la autovacuna, para evaluar su estado inmunológico y determinar si es candidato a ella.
Su acción es curativa y no preventiva. Actúa sobre la enfermedad, estimulando o potenciando el sistema inmune, el cual se encargaría de detectar las células cancerígenas y destruirlas. No hay efectos secundarios. Lo único es una inflamación local y un poco de fiebre o dolor de cabeza al siguiente día de su aplicación.
Es una inmunoterapia que está siendo evaluada, por lo que se requiere de un seguimiento estricto del paciente, tanto por el grupo del Instituto como por el oncólogo tratante. Se verificarán los resultados a mediano y largo plazo, para determinar su efectividad.
Hasta ahora ha mostrado resultados alentadores para tratar los cánceres señalados. Por ello, se busca incentivar a la comunidad médica a sumar voluntades para continuar este estudio. Sin embargo, el Dr. Convit se ha quedado solo en este proyecto. Los oncólogos que forman parte de su equipo de trabajo se han ido. Las nietas del Dr. Convit colaboran con él en la atención a estas personas.
MIRIAM MORILLO / ULTIMAS NOTICIAS
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