viernes, 30 de enero de 2009

Impacto de la crisis en Venezuela


Por Ornella Franco INFP

Aquí podrán leer la entrevista que le realizó la periodista Scarlett Ascanio a Sabatino Constanzo.


Sabatino es Profesor Asociado del IESA desde el año 2002. Sabatino es Master en Economía y Finanzas Internacionales (1997), Universidad Brandeis, Estados Unidos; PH.D en Matemática (1990), Master de Filosofía en Matemática (1986) y Master de Ciencias en Matemática (1983), Universidad Yale, New Haven, Estados Unidos; Licenciado en Matemática (1979), Universidad Simón Bolívar, Venezuela.

1. ¿Cuáles pueden ser los impactos macroeconómicos para Venezuela, como coletazos de la crisis mundial?

Sabatino Costanzo


Para contestar a esta pregunta, observemos primero el impacto de la crisis en los Mercados Emergentes en general para luego enfocarnos en el caso latinoamericano en particular, para ver por último el caso de Venezuela como un corolario a lo anterior.

Hace poco el Presidente Lula dijo: “Sin duda la crisis nos afectará a todos, pues nosotros vendemos y ellos compran”.

Aparte de la veracidad general de esta afirmación, no olvidemos cómo además, en el corto plazo, los bonos soberanos –incluso los de los países emergentes con mejor rating crediticio–, están siendo castigados por la crisis:

Cuando los grandes retornos a corto plazo hicieron a los líderes de Wall Street ciegos a los riesgos a largo plazo, estos riesgos inevitablemente se materializaron: “las hipotecas dudosas, en las que estaban basadas todas las ganancias apalancadas de la última década se manifestaron como lo que eran y la poderosa lógica del apalancamiento obró de nuevo…pero en sentido inverso”.

Las pérdidas magnificadas por el apalancamiento erosionaron las mínimas bases de capital de las firmas de Wall Street y comenzaron a surgir dudas sobre la capacidad de supervivencia de éstas, iniciándose así sus caídas aceleradas.

Los Hedge Funds cuyos activos descansaban en dichos bancos, ante el miedo a las exigencias de redención de efectivo por parte de sus clientes, comenzaron, entre otras cosas, a vender y “convertir” algunos de esos activos (ej: bonos de países emergentes) en dinero efectivo, inundando el mercado internacional de renta fija con bonos de países emergentes, afectando así sus precios a la baja. A todo esto se suma ahora el rumor de desfalco de Argentina, lo cual de suceder afectaría aún mas hacia la baja los precios de estos bonos.

2. ¿Cuáles mercados de inversión, en Venezuela, podrían verse más afectados con esta crisis?Análisis de los siguientes mercados, a la luz de la tormenta: Acciones, Bonos Soberanos (¿es conveniente comprarlos ahora que están a un porcentaje bajo de su valor?), Bonos Privados, Fondos Mutuales, Inmuebles, Monedas.

La respuesta respecto a la conveniencia de adquirir Fondos Mutuales está dada en la primera parte de la respuesta a la pregunta anterior.

Respecto a los inmuebles nacionales, su ciclo de precios debería tener, en el corto plazo, baja correlación con lo que ocurre con el precio de los inmuebles en Europa y los EEUU.

Respecto a los inmuebles en EEUU y Europa, una inversión de este tipo debe ser hecha cuando se tenga certeza de que este mercado ha alcanzado fondo, lo cual es poco probable que ocurra antes del final de la primera mitad del año que viene. Dado lo reducido en tamaño y lo aislado con respecto al resto del mundo que es aún el mercado accionario de nuestra Bolsa de Valores, del análisis anterior (pregunta 1) es claro que el volumen e importancia del mercado de Bonos Soberanos venezolanos y su conexión con los mercados internacionales hacen de este el mercado que se verá más directamente afectado en el corto plazo por la crisis actual, aunque, tal como dijimos antes, no necesariamente para mal en el mediano y largo plazo, pues recordemos lo siguiente:

Según Michael Lewis, “…Lo que acaba de suceder en Wall Street es importantísimo, pues marca el día en que, desde el punto de vista de los inversionistas asiáticos –los cuales están sentados sobre la montaña de capital Móvil mas grande del mundo–, el sector financiero norteamericano se convirtió para ellos en una inversión de altísimo riesgo; no tan riesgosa como Sudán, pero ciertamente más riesgosa que Chile…”

Esto nos dice que si se logra controlar el pánico y la volatilidad hasta que los mercados de EEUU en crisis comiencen a aterrizar descendiendo cada vez menos abruptamente, a la par que nuestros mercados emergentes son capaces de sostenerse sin colapsar durante esta fase inicial –y traumática– de la crisis norteamericana, nos veremos favorecidos en el mediano y largo plazo por la migración paulatina de esos capitales móviles a los mercados emergentes, entre los cuales se cuentan los nuestros.

Según el magnate Mexicano Carlos Slim, América latina “se tornará importante” incluso para Estados Unidos tras la crisis financiera. En una rueda de prensa reciente, Slim afirmó que esto se debe a que la región ofrece a Estados Unidos un vecino de 550 millones de personas con un Producto Bruto Interno (PBI) mayor que el de China. Según Slim, “Con respecto a los EEUU, somos más complementarios que competidores”.

Pero cabe aquí la pregunta: entre todos los mercados emergentes, ¿Serán los mercados
latinoamericanos capaces de capear la etapa inicial de volatilidad del temporal?


Según Rodrigo Valdés, economista principal de Barclay´s Capital, los gobiernos latinoamericanos tienen buenas razones para pensar que sí podrán hacerlo, pues
si bien América Latina está aún asimilando un fuerte impacto, estos países están mucho mejor preparados que en el pasado para afrontar los problemas que han
de afrontar.

Como ejemplos, miremos a:

Brasil, el cual dispone de reservas de $208 billones, niveles de deuda descendentes y una robusta economía que se expande a razón de un 6.1% desde el año pasado.

México, donde los bajos niveles de deuda pública y abundante liquidez bancaria limitarían el impacto del “Credit Crunch” de los mercados de capitales de EEUU.

Chile, la economía más abierta de Sur América, el cual dispone de un superávit presupuestario record y un fondo de estabilización económica que le hará capaz de sobrellevar la reciente disminución del precio del cobre, su principal rubro de exportación, y donde su Banco Central compra Dólares desde Abril como seguro contra el colapso de los mercados de capitales norteamericanos,
y por último,
Venezuela, que, a pesar del riesgo político percibido por los analistas y aunque dependiente de unos precios petroleros –que aún podrían repuntar en un futuro cercano y mantenerse en la banda de los $60-$70/Barril –, yace sobre reservas internacionales considerables en US$ y sobre yacimientos probados de riquezas naturales capaces de colateralizar su futuro desarrollo económico.

Conclusión: un bono con un rating crediticio alto y con un precio artificialmente bajo (ej.: bonos latinoamericanos tales como los Brasileros, con alta calificación, i.e., baja probabilidad de “default”) se ajustan a lo que en finanzas se define como una “oportunidad de arbitraje”, es decir, una oportunidad de compra para el inversionista agresivo dispuesto a afrontar volatilidad y esperar al mediano-largo plazo para recaudar ganancias.

3. ¿Qué se puede esperar del Gobierno como respuesta a la crisis?

Aparte de las obvias medidas macroeconómicas que ya han sido sugeridas por muchos otros para hacer frente a la crisis, en el ámbito estrictamente financiero debemos decir que el rating crediticio de Venezuela es aún muy bueno y ha sido corroborado como tal dos veces en las últimas semanas por las calificadoras internacionales de riesgo. Dicho rating esencialmente representa la percepción que se tiene desde el exterior de la capacidad y voluntad de pago de un país, es decir, de la probabilidad de que el país respalde sus bonos (en otras palabras, de que no cometa desfalco sobre ellos).

Considerando la influencia favorable que la magnitud de nuestras reservas internacionales en Dólares y nuestras reservas probadas de petróleo seguirán teniendo en el rating asignado, sería ideal que el Gobierno mantuviera una posición (gasto público, política fiscal, etc.) que apuntalara y permitiera mantener dicho rating como hasta ahora.

4. ¿Conviene quedarse en bolívares o a qué moneda recurrir?

La situación financiera mundial en éste momento podría equipararse a la de un avión comercial que entra repentinamente en una depresión atmosférica y comienza a caer bruscamente ante la alarma de los pasajeros:

(i) El pasajero debe estar conciente de que moverse compulsivamente de un puesto a otro no cambiará radicalmente su suerte en el corto ni en el mediano plazo.
(ii) Por el contrario, al saber que en la cabina se están tomando medidas para sacar al avión de la caída, el pasajero debe tranquilizarse, aferrarse a su asiento ajustando el cinturón de seguridad y esperar a que la nave se estabilice, pues levantarse y cambiarse de un sitio a otro durante las sacudidas solo aumenta las probabilidades de salir golpeado.

(iii) Esa depresión atmosférica es parte de un cuadro general de turbulencia que seguirá azotando al avión por un buen rato hasta que este vaya saliendo paulatinamente de la zona de tormenta y logre aterrizar con éxito, para luego remontar de nuevo el vuelo –pasado el mal tiempo–, tras la escala requerida.

(iv) La suerte del pasajero depende mucho mas de la pericia de los pilotos ante las exigencias de la crisis de vuelo, que de la posición del pasajero mismo dentro del avión, aunque se podría argumentar que ciertos puestos son quizá mejores que otros en caso de siniestro (Ver próxima pregunta).

5. ¿Conviene adquirir activos internacionales? ¿Qué hacer con los dólares?

Si bien ya hemos dicho que no es buena idea andar cambiándose de un puesto a otro en el avión durante la turbulencia, hay una conocida frase que dice: “In time of trouble, cash is king” (en tiempo de problemas, el efectivo es rey), lo cual significa que si Ud. ya tiene una posición en dinero contante y sonante, o bien una “cercana a efectivo” (es decir, que posee “Treasuries” o bonos del tesoro u otro instrumento de gran liquidez por su poca probabilidad de impago), debe mantenerla por lo menos hasta que la turbulencia comience a ceder y el mercado comience a alcanzar un “fondo” –lo cual ciertamente la mayoría de los expertos no esperan que ocurra antes de finales de la primera mitad del año 2009–, momento en el cual el inversionista a largo plazo podría comenzar a considerar adquirir posiciones en activos de buena calidad (aquellos que para ese entonces hayan sobrevivido a la crisis), con vistas a conservarlos y verlos crecer muy lentamente a lo largo de los años por venir.

6. Qué hacer con el dinero en los actuales momentos, si se es:

• Un inversionista conservador:

Ver respuesta a pregunta 5:

“…Si bien ya hemos dicho que no es buena idea andar moviéndose de un puesto a otro en el avión durante la turbulencia, hay una conocida frase que dice: “In time of trouble, cash is king” (en tiempo de problemas, el efectivo es rey), lo cual significa que si Ud. ya tiene una posición en dinero contante y sonante, o bien una “cercana a efectivo” (es decir, que posee “Treasuries” o bonos del tesoro u otro instrumento de gran liquidez), debe mantenerla por lo menos hasta que la turbulencia comience a ceder y el mercado comience a alcanzar un “fondo” –lo cual ciertamente la mayoría de los expertos no esperan que ocurra antes de finales de la primera mitad del año 2009–, momento en el cual el inversionista a largo plazo podría comenzar a considerar adquirir posiciones en activos de buena calidad (aquellos que sobrevivan a la crisis) con vistas a conservarlos y verlos crecer muy lentamente a lo largo de los años por venir….”

• Uno agresivo:

Ver “Conclusión” en respuesta a pregunta 2:

“…Conclusión: un bono con un rating crediticio alto y con un precio artificialmente bajo (ej.: bonos latinoamericanos tales como los Brasileros, con alta calificación, i.e., baja probabilidad de “default”) se ajustan a lo que en finanzas se define como una “oportunidad de arbitraje”, es decir, una oportunidad de compra para el inversionista agresivo dispuesto a afrontar volatilidad y esperar al mediano-largo plazo para recaudar ganancias…”

No hay comentarios: